La difícil invención de la participación en un área protegida: El caso de la Reserva Comunal Amarakaeri (Perú)
Palabras clave:
Conservación participativa, movimientos ambientales, bosques, gobernanza pueblos indígenas, uso de la tierra, áreas protegidas, Pueblo Harakbut.Resumen
La Reserva Comunal Amarakaeri (RCA) ha sido reconocida por el gobierno pe-
ruano en 2002, después de una reivindicación de más de 10 años del pueblo harakmbut, apoyado por la Federación Nativa del Río Madre de Dios y Afluentes (FENAMAD). Los harakmbut querían así recuperar un territorio ancestral perdido a partir de un proceso rudo de evangelización desde los años 1940. Este reconocimiento fue apoyado el mismo año por el Global Environmental Fund quien a través del PNUD Perú, otorgó un apoyo financiero de 1 millón de dólares. Pero hoy, después de 4 años de existencia, la victoria de la FENAMAD y del pueblo harakmbut parece pírrica, y las dudas sobre el fundamento de esta RCA han aparecido en las comunidades y un sentimiento de engaño y de decepción se generaliza en las bases. Los beneficios de esta reserva parecen ser más políticos y simbólicos para los defensores de los intereses indígenas y de la conservación, que económicos
(y concretos) para la gente local. De hecho, el sueño de una autodeterminación política local ha conducido a utilizar el camino de la conservación para apoyar la lucha política. Aunque el debate internacional promueve la incorporación de los actores locales en el manejo de las áreas protegidas, la experiencia de la RCA muestra que la instauración de una estructura de conservación basada sobre un comanejo entre indígenas y administración estatal es un camino difícil que exige preparación, recursos económicos e información, con un riesgo latente de fracaso.